Vinos de bellota es un sencillo local cerca del Retiro donde ir a pasar un buen rato entre raciones y vino, ¿se puede pedir algo más? Eso sí, no hay que dejarse confundir por su nombre puesto que la carta de vinos es limitada y tampoco es que sean grandes especialistas en ibéricos. Una vez aclarados los conceptos, vamos a lo que interesa, la comida.
El sitio no es grande, por lo que si se tiene intención de comer en una mesa será mejor reservar antes, al menos los fines de semana. También tiene un par de mesas altas y una pequeña barra, así que para tomar algo rápido o sólo copear, también vale.
Como decía, en la carta de vinos no hay mucho donde elegir, pero es suficiente para una cena sencilla. En nuestro caso nos decidimos por un Enate, que nunca defrauda.
Como aperitivo nos ofrecieron un curioso hummus que estaba sorprendentemente rico:
Ojeando la carta nos encontramos con el hecho de que la mayoría de los platos eran apetecibles, así que optamos por compartir medias raciones. Esta fue la selección:
Foie Grass al Gelée de Gin&Tonic:
Simplemente delicioso, por separado y con el gelée. ¡Un gustazo! Cabe destacar que el camarero nos iba sugiriendo en cada plato la mejor forma de tomarlo, en cuanto a la atención, un diez.
Luego vinieron estas croquetitas:
En la carta tenían dos tipos de croquetas, unas de queso y otras de cecina; el camarero nos ofreció hacernos mitad de cada, así que estupendo. No sabría decir cual de las dos me gustó más.
Seguimos por los crujientes de morcilla:
Aquí era posible pedir por unidades, consultamos al camarero entre pedir dos o la media ración y nos aconsejó que con lo que habíamos pedido, con dos sería bastante, y la verdad es que acertó.
Y de relleno, como último plato, unas bravas:
Y llegamos a uno de los momentos fuertes, ¡el postre! Como no sabíamos qué elegir, nos aconsejaron que pidiéramos el tiramisú y la tarta de queso, también en forma de media ración, así podríamos probar las dos cosas. Todo un detalle.
Si cada trozo es media ración, no quiero ni pensar como habríamos acabado de haber pedido una ración de cada postre. No puedo decidir cual de los dos nos gustó más, cada uno estaba para relamerse.
Y para remate, la copita final. Su carta de copas es muy amplia y se hace difícil escoger, al final nos decantamos por un Gin&Tonic sencillito, pero que estaba muy bien preparado.
Como apunte final no puedo olvidarme de la música que sonaba, muy ochentera, totalmente de mi gusto, en algunas ocasiones casi me tienen que sujetar para no ponerme a cantar (qué mal llevo la entrada en la cuarentena).
En resumen, Vinos de bellota es un lugar perfecto tanto para una cena sencilla como para ir a tomar unas copas en un ambiente agradable. ¡Volveremos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario